El vial-acueducto elevado está prácticamente terminado. Lamentablemente, los augurios se han hecho realidad. Es una obra difícil de describir por lo mal planificada, tanto en su diseño como en su recorrido: es un gigante gris de cemento y metal; pasa a dos metros y medio de nuestras cabezas; constituye una barrera arquitectónica que divide el barrio en dos partes; trascurre a 10 metros de las viviendas contaminándolas de ruido, carbono y polvo; destroza el patrimonio cultural-arquitectónico del puente del ferrocarril; y agrava aún más la inseguridad personal que padecemos desde hace décadas.
El pasado mes de octubre el Ararteko contestó a nuestra solicitud de mediación afirmando que, una vez recibido el informe del Ayuntamiento de Donostia, “no es posible obviar que la competencia última en la toma de decisiones es de la Administración (municipal)". También sugiere que “el nuevo Consejo Asesor de Planteamiento, órgano que tiene como fin llegar a concertar socialmente los planes urbanísticos, puede resultar un instrumento válido para obtener mayores cotas de consenso, con la participación prevista de los representantes de las asociaciones vecinales”. Asimismo, responde a nuestra solicitud de impulsar coordinaciones entre las distintas instituciones de este modo: “más allá de expresar su total apoyo a cualquier esfuerzo que se pueda hacer para profundizar en el consenso, tal y como indicamos más arriba, en el marco legal ya previsto, no puede plantear la cuestión en los términos que ustedes solicitan”.
Hace dos semanas los responsables del Departamento de Transportes y de Ordenación territorial de la Diputación Foral de Guipúzcoa recibieron finalmente a los representantes de Herripe. El resultado de la reunión fue el siguiente: las autoridades forales nos entregaron un esbozo del proyecto de infraestructuras de la zona portuaria de la Herrera, mostraron su apertura a seguir conversando en lo que concierne a dicho territorio y se comprometieron a tomar en cuenta la propuesta alternativa del vecindario. Sobre las infraestructuras y actuaciones que son responsabilidad del Ayuntamiento de Donostia -como el vial-acueducto y las viviendas de la plaza- sostuvieron, al igual que el Ararteko, no poder hacer nada más.
Eusko Tren y el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco no han contestado a nuestra carta de solicitud de reunión enviada hace meses. El alcalde tampoco ha respondido a la solicitud de reunión ni aun conociendo los resultados de la consulta celebrada en el barrio en noviembre pasado. El concejal de urbanismo no quiere volver a hablar sobre la propuesta alternativa de Herrera; y el equipo de gobierno no acepta la creación de una comisión de participación ciudadana con todas las instituciones implicadas.
Hace una semana se enviaron sendas cartas al Departamento de Vivienda del GV y a Etxebide solicitándoles que se suspenda el sorteo de viviendas en la Plaza de San Luis conforme con nuestra propuesta alternativa.
Alrededor de 70 personas de Herrera –mujeres y hombres jóvenes, adultas, mayores- continuamos desde hace un año concentrándonos, durante media hora, todos los viernes de cada mes a las 19:30 horas; delante del ayuntamiento o en la N-1 a su paso por el barrio. Llevamos nuestras banderolas verdes y hacemos nuestra particular bulla con chiflos, tambores y sirenas. En esta campaña electoral la Ertzantza no aparece para protegernos de los motorizados que pierden la paciencia por esperar los 5 minutos que dura la protesta en medio de la carretera.
¿Cómo hacer para que el alcalde se digne recibirnos? ¿Qué más esfuerzos podríamos hacer para lograr que respondan y se coordinen todas las instituciones? La obra está a punto de ponerse en marcha. Y la gente del barrio también nos preguntamos si en campaña electoral el ayuntamiento podría inaugurar este despropósito de hormigón. Esperamos que al menos en esto no se nos siga tratando con tanta sordera y falta de respeto. Mientras tanto, seguimos planificando nuevas formas de participación ciudadana.
